miércoles, 18 de diciembre de 2013

Encantados de conocerte



"Si no fuera por la crisis, no habría progreso ni evolución"

Borja Vilaseca, empresario, coach, formador y escritor, anticipa el estallido de otras "burbujas", hoy en auge, como el coaching y la emprendeduría. Afirma que defiende la crisis "porque es lo mejor que nos ha pasado", al confrontarnos "con nuestra ignorancia y un estilo de vida insatisfactorio".


Borja Vilaseca-Tú pones pasión, y lo reconoces, en tus proyectos y mensajes. ¿La única forma de vivir y hacer las cosas es con pasión?

-Lo primero que les diría a tus lectores es que por favor no se crean nada de lo que lean en esta entrevista; más bien que verifiquen por sí mismos si alguna de las reflexiones puede aportarles valor a su vida personal y profesional. Dicho esto, por mi experiencia personal y lo que he investigado, he constatado que hay tantos tipos de personas como seres humanos en este mundo. Cada uno vive la pasión a su manera, algunos son muy apasionados según su carácter, como yo, que soy "fuego"; en cambio mi mujer, por ejemplo, es muy diferente. Por su modelo mental, vive la pasión de una forma más serena. Más allá de esta semántica, creo que para vivir plenamente hemos de encontrar un sentido y eso tiene que ver con descubrir quiénes somos y para qué estamos aquí. Las personas que saben para qué están aquí se levantan por la mañana con más fortaleza, afrontando los obstáculos desde un lugar donde puede surgir pasión, convicción u otro tipo de sensaciones, pero cada uno a su manera.



-Estamos en un momento histórico y social en que lo más común es encontrar egos caídos.

-Las circunstancias, la coyuntura, lo que nos pasa, en el fondo, como decía Krishnamurti, todo es un juego de espejos y proyecciones. Tu realidad externa es el fiel reflejo de cómo es tu realidad interna. Los que se aferran a mirar la coyuntura, lo externo, y justificar su inmovilidad interna, por decirlo de algún modo, son personas que están diciendo "no me conozco, tengo mucho miedo y justifico el mantenerme en la zona de comodidad por lo que otros me están diciendo que está pasando". Obviamente, todos terminamos co-creando nuestras circunstancias: la crisis ha sido, en gran parte, un fenómeno muy psicológico.

-Y a lo que hemos llegado…

-Es un momento de catarsis, maravilloso. Reivindico el hecho de dejar de echar la culpa a la crisis. Estoy aquí para defenderla un poco porque es lo mejor que nos ha pasado, al menos a mi generación. Nos saca de nuestra zona de comodidad, nos confronta con nuestras miserias. Nos hemos dado cuenta de que somos muy ignorantes, inconscientes, con un estilo de vida insatisfactorio marcado por el vacío existencial, refugiándonos en el consumo, y debido a nuestro miedo, nos atrincheramos en empresas e instituciones en las que nos sentíamos temporalmente protegidos. Pero, verdaderamente, ¿somos una sociedad feliz, una sociedad amorosa?... No, estamos muy lejos de serlo, de hecho felicidad y amor son dos palabras muy maltratadas por la sociedad.

La crisis está siendo ese gran espejo donde estamos viendo reflejada la verdad de lo que está pasando en el interior de la mayoría de nosotros. Hay personas que no lo quieren ver porque es muy doloroso, entonces se pierden fuera, se indignan, se quejan, pero muchos otros estamos en un acto de humildad de reconocer que no sabemos, que esta crisis es una invitación para cuestionarnos, para seguir creciendo y evolucionando. Si no fuera por la crisis, no habría progreso ni evolución. Todos los proyectos que he montado han nacido en plena crisis y no creo que existiera tanta demanda de estos proyectos si la gente no estuviera con esa necesidad tan profunda de cambio que ha sido motivada, en gran parte, por la crisis.

-Hay quienes aun en este mundo de desarrollo personal, con entrega, pasión y compromiso, sienten que algo falta, no sucede, a la hora de emprender un proyecto profesional propio.

-Existen dos grandes burbujas dentro de la industria del crecimiento personal, que estallarán tarde o temprano. Una es la del coaching, que es muy evidente. Asistimos a una saturación en la oferta de másters, encontramos coachs por todas partes que han hecho un viaje muy mental, intelectual... Los que salen de estas formaciones, la mayoría, saben qué es un coach, saben la metodología, pero no tienen ni idea de quiénes son. Es una fábrica de "ego-coaching", porque desde el personaje que has construido ahora te pones otra capa, la de coach, y vas a acompañar a otras personas perdidas desde tu desorientación profunda interior. La otra burbuja son los emprendedores; está muy de moda, yo formo parte de estos mensajes divulgadores. Pero, más allá de ambas burbujas, me he comprometido a que la gente se conozca verdaderamente a sí misma, que vaya a la raíz, al núcleo, que traspase todas las capas de condicionamiento que hemos recibido, que se atreva a confrontar el dolor reprimido que hemos acumulado por vivir tan ignorantemente en base a las consignas de otros, convirtiéndonos en alguien que no somos, llevando un estilo de vida prefabricado.

-Es decir, apuestas por lo único, especial y diferente que somos, cada uno, como personas.

-Me he dado cuenta por quienes se han comprometido con este viaje espiritual, el viaje de la vida, que cuando tú vas a hacer este viaje hacia adentro, muy vivencial, muy experiencial, en el cual abres tu corazón, caen la carcasa, la máscara, muchos sueños del ego, y te conoces a ti mismo, conectas con esa semilla, con esa esencia con que naciste, y ahí se revela tu propósito. Algunos han venido a ser coachs, otros a emprender, pero te das cuenta de que hay otros caminos vitales que ahora mismo no tienen tanta marca personal pero generarán una vida de tremenda satisfacción, felicidad, sentido, y no hay ningún molde o forma para que todos seamos coachs o emprendedores. Quizá seas carpintero, profesor, o un empleado con otra actitud frente a la vida. Se nota clarísimamente cuando las personas hacen con su vida lo que han venido a cumplir. Su simple presencia irradia una energía preciosa, que pasa desapercibida para quienes tienen ojos pero siguen sin ver ni captar lo esencial.

-¿Cómo lo notas tú?

-Cuando una persona aprende a ser verdaderamente feliz se produce una experiencia transformadora, revolucionaria, y mediante su granito de arena está contribuyendo a dar lo mejor de sí mismo en ese gran tablero de juego que estamos todos, la sociedad. Desde mi punto de vista, creo que lo que necesitamos es autoconocimiento, y desde ahí que cada uno, cuando llega al núcleo, no necesita consignas, referentes, gurús, másters, porque ya todo se le revela. Está dentro. Pero, claro, da mucho miedo conocerse.

-El miedo acompaña al hombre desde la noche de los tiempos.

-Y nos acompañará un largo rato. Para mí se trata de vencer la ilusión que sostiene al miedo porque el miedo tiene que ver con el ego, la máscara, el personaje. Es cierto que si viene un león ahora mismo, correremos cien metros en un segundo, o lo atacaremos y feneceremos o no, correspondiendo al instinto de supervivencia. Pero, ¿cuántas veces aparece un león poniendo en peligro nuestra vida?, pocas, ¿no? ¿Cuántos "leones" creamos en nuestra cabeza para justificar una vida carente de sentido? El miedo se sustenta en una ilusión basada en una construcción mental, de una personalidad; cuando tú te conoces, no hay lugar para el miedo, es imposible tener miedo. ¿Miedo a qué?, ¿a lo que piensen los demás… si es una construcción mental basada en una subjetividad, una distorsión que tiene más que ver con sus propias movidas? No tiene nada que ver contigo, sino con ellos. ¿Miedo al fracaso…, si el fracaso no existe, lo único que existe es aprendizaje? Yo he montado proyectos que no han salido y lo que he aprendido, ¡madre mía! ¿Miedo a la muerte? ¡Pero si es lo que le da sentido a la vida, lo que nos mueve a valorar y agradecer la vida mientras podamos vivirla! Hoy en día no es necesario el miedo. Pero volvemos a lo mismo: tenemos tanto miedo que incluso tememos confrontar nuestro propio miedo.

-Bien, supongamos que estallan esas burbujas. ¿Qué crees que sucederá después?, ¿hacia dónde vamos?

-En una visión personal, para mí el tema está en la educación. Es la clave, la raíz del problema y de la solución. Hablo del sistema educativo. Cuando empiece a cambiar será un reflejo del cambio de la mayoría de las personas como consecuencia de un proceso mayoritario de autoconocimiento, de forma autodidacta. Por un lado, se trata de la reforma radical del sistema. La enseñanza no será la misma que recibimos en la era industrial, relativa al ego, los miedos o la enseñanza para obedecer. Será una nueva escuela de la era del conocimiento, de educación emocional, educación financiera, que desarrolle nuestro potencial, que enseñe a pensar por sí mismo. Todo esto llegará, por supuestísimo. Pero mientras tanto habrá un camino autodidacta de autoconocimiento que desembocará en la responsabilidad personal.

Es decir, vislumbro una sociedad donde poco a poco irá cayendo el victimismo, la culpabilidad, y las personas, a través de sus procesos existenciales, entrarán en contacto con la responsabilidad personal, con la complicidad de la vida. Habrá más sabiduría cotidiana para afrontar el día a día y más compromiso de hacerte cargo de ti mismo emocionalmente, encontrando la felicidad dentro de ti, sin esperar que otros te hagan feliz. ¡Imagínate las consecuencias que tendrá sobre tus valores, en tu forma de consumir! La gente busca en las relaciones la felicidad, pero a medida que se dé cuenta de que la felicidad está en su interior, cambiará su forma de ser y vivir en el mundo.

-Mencionas la educación financiera como parte de la era del conocimiento.

-Sí, porque la inteligencia financiera lleva a emanciparte de las instituciones establecidas, que son "papá estado" y "mamá corporación". Esto significa tener una vida sin deudas ni préstamos, ganar-ganar, recibir dinero haciendo algo que tenga sentido y se vincule contigo, trabajando para ti al servicio de las personas. Y no esperar que nada ni nadie resuelva tus problemas laborales, económicos o profesionales. Vivimos una etapa de adolescencia económica, la mayoría no se ha emancipado de papá y mamá, ni emocional ni económicamente. Por eso tenemos ahora estas circunstancias, propias de una educación que nos condicionó para pensar y comportarnos así. Me asombra la tolerancia de la gente ante el sufrimiento por el temor tan profundo a salir de su zona de comodidad. En general no iniciamos un proceso de cambio hasta que nuestras circunstancias se vuelven absolutamente insoportables…

-Resulta llamativo que las corporaciones tradicionales dispongan que sus empleados participen de cursos de inteligencia emocional, motivación, etcétera. ¿Cómo lo explicas?

-Aquí abres otra puerta fascinante. Las empresas no cambian, lo que cambian son las personas que forman parte de las empresas. Las empresas jamás cambiarán por humanismo, por bien común o por buenismo. Lo harán, sí, cuando se den cuenta de que cambiando ganarán más dinero, pero con una diferencia: como resultado de crear verdadera riqueza. Cada vez descubrimos más casos de directivos que caen en una profunda crisis como seres humanos, "despiertan" después de muchos años "dormidos", y comienzan a conocerse.

-En este contexto, tú propones el aprendizaje organizacional. ¿Qué es?

-Es una herramienta maravillosa, el viaje del autoconocimiento, desarrollo y liderazgo para que las empresas cambien su mentalidad, el estilo de liderazgo, su cultura de trabajo, para adaptarse a la era del conocimiento, a fin de que comiencen a crear riqueza sostenible. Las empresas son instrumentos fantásticos para satisfacer necesidades y solucionar problemas. Y el gran cambio revolucionario del siglo XXI será que las empresas ganarán dinero como resultado, no como objetivo.

-¿Ese cambio revolucionario también afectará a los dueños de las empresas?

-A menos que se reinventen, muchas empresas quebrarán. Las empresas del nuevo paradigma, de la era del conocimiento, que verdaderamente creen riqueza, entrarán en un marco de lo que se llama Abundancia Económica Sostenible. Imagínate que creas riqueza y ganas mucho dinero, beneficiando con la estrategia de ganar-ganar a la comunidad, tus trabajadores, los clientes, y lo haces en otro marco, de forma ecológica, sostenible. Esto es creatividad, un potencial que está ahí. Entras en un espiral de sostenibilidad, de abundancia económica, lo cual acaba repercutiendo en todos aquéllos. Es una visión que tengo. Las empresas tienen personalidad, una cultura que es un reflejo de las creencias a nivel inconsciente del equipo directivo y, por supuesto, los accionistas. En este aspecto, estoy trabajando activamente a través de un máster en la Universidad de Barcelona (UB); también en una consultora. En España, hay que decirlo, estamos muy dormidos, mientras que en otros países están espabilando. En Latinoamérica se ríen de nuestra crisis, dicen que no sabemos qué es una crisis. Este año me invitaron a ir a Colombia y me encantó. Hay una energía y positivismo que echo de menos. Y voy a volver.

-En Valencia, concretamente, estás impulsando algunos proyectos.

-Imparto un curso llamado "Encantado de conocerme", de introducción al autoconocimiento a través del eneagrama, una herramienta fantástica que me hizo click, para comprender el ego, mi ignorancia, mis límites y desarrollar mi potencial. Y también un máster en desarrollo personal y liderazgo, de la UB a través del Instituto Aware, en su segunda edición, dirigido por Mónica Fernández. Es un viaje de autoconocimiento, de desprogramación de las creencias con las cuales fuimos condicionados, para que cada persona descubra, reconecte con lo mejor de sí misma y viva esa experiencia transformadora, ese cambio de paradigma, para enfocar la vida de una manera completamente diferente y hacer un proceso de reinvención también en lo profesional.

-También eres el creador de La Akademia.

-La mayoría de quienes hacen este gran cambio personal, que es finalmente un viaje espiritual, tienen alrededor de 40 años. ¡Curioso, la crisis de los 40…! Pero personalmente, junto a quienes participan en La Akademia, cuya directora en Valencia es Blanca Llantada, queremos que en la crisis de la adolescencia, los chavales tengan un proyecto y hagan ese click mucho antes. Esta iniciativa es totalmente gratuita, con 120 horas de educación emocional, financiera, cada uno de los chavales con su propio coach acompañándole en el viaje. Así pueden ver la vida con otros ojos, con autoestima, con confianza. Se les estimula la inteligencia para que sepan verdaderamente quiénes son, para qué están aquí, y elijan lo que quieran hacer de mayores.

Además dirijo la consultora de aprendizaje organizacional Koerentia, que tenemos en Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia. Me dedico a democratizar la sabiduría para fomentar procesos de cambio, transformación, reinvención, para adolescentes, adultos y empresas. Al final es la misma metodología, pero la adaptamos en función de a quiénes nos dirigimos y sus necesidades. Y todo esto viene por mi propio viaje personal. Doy gracias a la vida por todas las bofetadas que me dio porque fueron precisamente las que necesitaba para despertar.


Entrevista de Aurelio Álvarez
 

Conoce más de Borja Vilaseca en www.borjavilaseca.com