miércoles, 26 de marzo de 2014

Una biblioteca llamada inconsciente


Una biblioteca llamada inconsciente


La hipnosis sigue siendo un tema tabú en vastos círculos de la sociedad. Temores que bien se sazonan al calor de espectáculos circenses, provocan en la mayoría de las personas hilaridad o rechazo. Poco difundido su trabajo como visionario sobre los reales alcances de esta práctica milenaria, Milton Erickson la desarrolló hacia mediados del siglo pasado en el campo terapéutico. Uno de sus discípulos directos, Jeffrey Zeig, explica cómo esta herramienta terapéutica conduce a un estado focalizado de atención por el cual se pueden extraer, como de una fabulosa mina, los mejores recursos que se hallan ocultos en el inconsciente.

 


-Doctor Zeig, ¿qué es la hipnosis desde el enfoque que usted sustenta?

-Es un estado de darse cuenta focalizado, en el cual las personas pueden entrar en contacto con los recursos fisiológicos y psicológicos que no habían advertido antes. Muchas son las cosas que no comprendemos acerca de nuestras propias capacidades. Un ejemplo: la gente puede aprender a controlar la circulación de la sangre, a estar bien en situaciones en las que antes entraban en estado de fobia, a reconocer habilidades, todo esto a través de la hipnosis.

Uno de los mitos que se tiene acerca de la hipnosis es la creencia de que la persona ingresa a un estado de inconciencia, cuando en realidad, reitero, se trata de un estado focalizado de atención.

-¿Existen diferencias entre la hipnosis tradicional y la ericksoniana?

-A Milton Erickson se lo conoce como el padre de la hipnosis médica moderna. Freud estaba un poco en contra de la hipnosis y no se la utilizaba dentro del psicoanálisis. Pero la hipnosis se mantuvo viva, a partir de los años 50 y 60, por Erickson. En tiempos de Freud, la hipnosis era un proceso de sugestión directa; a través del prestigio y poder del operador, las sugestiones se implantaban en un paciente pasivo. En la forma que desarrolló luego Erickson, por el contrario, la hipnosis es empleada como si trabajáramos dentro de una mina, para extraer los recursos del paciente hacia el exterior y que él descubra su potencial.

-¿Puede dar un ejemplo?

-El paciente depresivo sabe cómo ser activo y cómo cambiar su estado; los fóbicos tienen la habilidad de relajarse; los fumadores saben cómo estar cómodos aun sin un cigarrillo. El trabajo de la hipnosis consiste en extraer ese poder. Esto refleja un cambio en la psicoterapia contemporánea. Cuando la psicoterapia surgió, cien años atrás, el trabajo del profesional era el análisis del pasado. Su función consistía en responder la pregunta "¿por qué?", ¿por qué es la gente del modo en que "es"? A partir de la mitad del siglo pasado, la terapia cambió de dirección. El analizar el pasado ya no fue tan importante y hubo un giro hacia la pregunta "¿cómo?", ¿cómo la gente puede ser diferente, para desarrollar un futuro más promisorio?

Desde este abordaje, ¿qué importancia tiene el insight (darse cuenta)?

El insight no es necesariamente curativo ni ayuda a la gente acerca de cómo hacer las cosas distintas. Sería hermoso si el insight tuviera más poder, pero en la terapia es "el postre". El "plato principal" tiene que ver con restablecer el poder personal. ¿Ha escuchado expresiones tales como "yo no puedo cambiar", o "no puedo establecer una buena relación", o "no puedo dejar de fumar"? Bien, si las personas que dicen estas frases comprendieran por qué se sienten así, sería un dato interesante, pero no las ayudaría para poder cambiar.

-La comunicación entre paciente y terapeuta en la terapia ericksoniana, ¿cómo se establece?

-El punto central en esta terapia es la relación entre paciente y terapeuta. Para ser un buen terapeuta se requiere desarrollar la habilidad de ser receptivo de la sutileza, advertir qué es lo que verdaderamente el paciente quiere decir, tener habilidad para comunicarse en una dirección y con un efecto, y comprender los patrones en el comportamiento.

El terapeuta no puede proyectar sus valores y su modo de ver el mundo en el paciente. No importa cuán buena sea la reputación del terapeuta, sino que el paciente se sienta cómodo con él.

-¿Cada paciente se convierte en una nueva experiencia para el terapeuta?

-La línea ericksoniana desarrolla ciertos principios en la terapia. Uno de ellos es que la experiencia necesita ser "confeccionada" a la medida del individuo. Es decir, la psicoterapia para una persona no es la misma para otra. En algunas escuelas de psicoterapia se aplica igual técnica para todos los pacientes fóbicos, por ejemplo. Pero en el método ericksoniano ponemos énfasis en el estilo y los valores de cada uno, y la relevancia de "confeccionar" la terapia según ese estilo único que trae el paciente.

-¿Confeccionada con qué concepto de inconsciente?

-El 99 por ciento de las cosas que hacemos inconscientemente son buenas. Veamos. En una época de la vida tuvimos que trabajar muy duro para articular en modo consciente las palabras, pensar con cuidado para dar un paso, y ahora hablamos y caminamos sin ningún esfuerzo. Rápidamente, estas habilidades vitales para nuestra existencia se transforman en algo automático que se guarda en el inconsciente. El inconsciente, entonces, es como una "biblioteca" donde se guardan esos aprendizajes.

En muchas escuelas tradicionales de terapia el énfasis se coloca en lo que está mal en la persona. Nosotros buscamos lo que la gente hace bien, hacemos hincapié en los puntos fuertes de la persona y no en sus debilidades.

-¿Esta terapia es más corta que otras?

-Sí, definitivamente. En el análisis tradicional el paciente puede estar en terapia cuatro o cinco horas por semana, durante cinco o seis años. Se trata el cambio de la estructura de toda la personalidad. La terapia ericksoniana, por ser focalizada, resulta mucho más corta. En mi práctica, un paciente participa en promedio de diez sesiones. Además, vemos a la terapia como un problema, no como una solución. El problema es que la persona está en terapia; la solución es que la persona salga de ella y viva independientemente lo antes posible.

-¿Por qué Erickson manejó la metáfora como medio de comunicación con sus pacientes?

-Una de las técnicas para llegar a las personas es darles sugerencias directas, pero no se necesita la hipnosis para esto. Si a un paciente depresivo se le dice "alégrate, es un día hermoso, disfrútalo", convengamos que es la indicación más básica que puede ofrecerse a una persona deprimida. Sin embargo, la gente no responde a las sugerencias directas porque muchas veces los sistemas humanos se dirigen en contra de lo instituido. Erickson desarrolló una modalidad de comunicación indirecta, usando metáforas, símbolos y anécdotas. Es ilógico tener fobia o depresión; si se utiliza una lógica precisa para enfrentar un problema que es ilógico, no tendremos resultados. Por lo tanto, probamos medios indirectos como los citados, que alcanzan a la lógica del problema.

Erickson era uno de los comunicadores más precisos que jamás conocí. Utilizaba la comunicación del mismo modo en que un cirujano el bisturí. En el uso de la palabra se debe ser exacto, definido, tanto como en el comportamiento no verbal.

-Como discípulo directo de Erickson, ¿podría brindarnos un perfil de él?
-Como dije, primero practicó la hipnosis durante las décadas del 50 y del 60. En los años 70 fue el líder de los enfoques terapéuticos cortos y estratégicos. Usaba la hipnosis apenas un 20 por ciento de la terapia, pero, consecuentemente, aplicaba principios de la hipnosis sin necesidad de acceder al trance formal, y lo hacía con suma eficacia. Era un genio en lo técnico, pero aún más en lo personal. Como desenlace de una poliomielitis que sufrió a los 18 años, en los últimos 13 estuvo confinado a una silla de ruedas. No podía manejar bien sus brazos, padecía dolor crónico, con parálisis parcial en los músculos de la cara. A pesar de todo esto, fue una de las personas más felices por estar viva que jamás conocí. Disfrutaba de cada minuto. Murió en 1980.