lunes, 10 de febrero de 2014

Yoga y flexibilidad




Yoga y flexibilidad


Me atrevería a decir que flexibilidad es uno de los tantos sinónimos de Yoga, ya que su práctica nos da  una flexibilidad difícil de igualar con otras técnicas corporales. Esto es así porque el Yoga trabaja, como ya sabemos, de forma integral y, puesto a hablar de flexibilidad, nos enseña a “ser” flexibles física y psicológicamente, a tener elasticidad en todos los aspectos de nuestra vida. Como pregonan los orientales, “flexibles como una vara de bambú, que se dobla pero no se quiebra”. Una psicología flexible nos permite aceptar los desafíos que se nos presentan. Saber escuchar, sin juzgar a quienes no tienen nuestras ideas o conceptos. Nos hace receptivos a nuevas posibilidades. Romper con tabúes y mitos que nos limitan. Reconocer nuestra voluntad independiente, cuna de las más sabias decisiones. 
La flexibilidad psicológica derrama su néctar sobre el corazón, endulza sus fibras despertando la alegría, el agradecimiento, la capacidad de amar, el perdón.

Y esto le da otro aire al cuerpo, lo suelta, lo relaja, lo optimiza, lo flexibiliza.
El hecho de lograr ductilidad en todos nuestros niveles, para el yoga, tiene un objetivo superior: reconocernos como seres espirituales en constante evolución.
La flexibilidad física mantiene en óptimas condiciones nuestro aparato locomotor, tan limitado en estos días por la vida sedentaria que llevamos.
En los huesos quedan también grabados nuestros pensamientos y sentimientos, en especial en la columna. Ésta es una verdadera expresión de la arquitectura divina. No sólo por su construcción anatómica, sino por lo que conlleva. Junto con el cerebro, es notable la similitud que tiene con un espermatozoide. Esta comparación permite pensar que el eje vertebral es portador de la vida y la energía.
Estirar y elongar son los pasos previos para ir adquiriendo flexibilidad corporal. Si bien es cierto que hay personas con más flexibilidad natural que otras, con un trabajo consciente y progresivo todos podrán, aun los más rígidos, alcanzar niveles de flexibilidad insospechados, que ha de traducirse en un estado de bienestar y ligereza, redundando en su estado anímico y en la actividad diaria.
El Yoga considera al cuerpo como el templo del espíritu, por lo tanto lo respeta y nos enseña a respetarlo. Todos sus estiramientos y posturas han sido diseñados cumpliendo esa norma.
Una gran variedad de ejercicios y posturas contribuye a mejorar la flexibilidad integral.

Paschimottasana

Esta es una de las asanas clásicas de yoga, conocida popularmente como “la pinza”, postura que estira fuertemente la parte posterior del cuerpo, tronco y piernas.
Presenta algunas dificultades al principio de su práctica debido a  tensiones acumuladas en la zona sacrolumbar o a determinadas patologías de columna, acortamiento de músculos en la zona posterior de las rodillas y rigidez en articulaciones de cadera.
En el plano energético, su objetivo es hacer circular la energía por la columna vertebral desde los chakras inferiores al Ajna Chakra o "Tercer ojo". Este movimiento energético por la columna permite remover tensiones psicosomáticas, localizadas en esa zona, y estimular el riego de la médula espinal.
Actúa en especial sobre el chakra sexual,  activando y estimulando los órganos sexuales, e incrementando la actividad sexual.
 La presión abdominal extiende la zona sacrolumbar, acción que beneficia los centros nerviosos y glándulas de esa zona. Facilita la digestión.
El punto reflejo localizado en la base de los dedos gordos, cuando éstos son presionados, actúa sobre la glándula pituitaria y ayuda a mejorar la actividad endocrinológica.
La posición horizontal del tronco disminuye la presión de la gravedad, lo que favorece la relajación de pulmones y corazón.
Todas las posturas requieren un camino previo de reconocimiento del cuerpo, flexibilizar articulaciones, profundizar en la concentración, ampliar la respiración y, en especial, confiar en las propias posibilidades.
Todo esto lo irás logrando en clases de yoga. ¿Por qué no probar?

Teresa Márquez Sanmartín
Maestra de Yoga y Eutoyoga